Borrar las malas acciones en Google ya es posible
El orden de aparición de los distintos hechos sobre famosos en el buscador Google no es siempre fiel a la realidad. Se han dado presuntos retoques en el ciberespacio, como el de Kate Moss. Cuando un internauta pretendía buscar durante las dos últimas semanas sus famosas fotos esnifando cocaína, los primeros enlaces reflejados en el buscador eran sobre su página oficial. No era hasta la segunda página de Google cuando empezaban a aparecer fotografías comprometidas. Es muy raro que un usuario normal de internet prolongue su búsqueda durante tanto tiempo. Y es que cada vez es más importante cuidar del buen nombre en la red. Y para ello están las compañías como Reputation Hawk, International Reputation Management, Reputation Defender y la propia High Position, todas ellas estadounidenses. A este conjunto de empresas se les empieza a considerar como la siguiente generación de las relaciones públicas.
El lema de esta nueva generación de empresas es que no importa lo que la gente piense de uno, sino lo que la gente puede encontrar en la red sobre uno.
La forma de trabajo puede variar dependiendo del precio que cada cliente quiera pagar. Por un lado, nos encontramos el sistema de trabajo de High Position, que entierran las referencias negativas en Google mediante un sencillo mecanismo: el buscador da prioridad a las páginas que cuentan con más enlaces en otras webs, así que éstos crean cientos e incluso miles de vínculos a las historias en las que sus clientes aparecen bien retratados. Pero esta es la vía más cara (cuesta entre 2.500 y 20.000 euros).
Sin embargo, hay otra forma más barata de cuidar el buen nombre. En el caso de un subdirector de colegio, que tiempo atrás había sido multado por una micción callejera, la noticia se podía encontrar en el famoso buscador. De esta forma, cuando los alumnos escribían su nombre en el buscador, aparecía el altercado. Por ello, el subdirector se dirigió a la Agencia de Protección de Datos, que logró que Google no rastreara esta historia, pero si los estudiantes la hubieran reproducido en sus propias webs, este hombre también podría haber hecho otra cosa: contratar, por unos cientos de euros, los servicios de una empresa como Reputation Defender. Esta empresa se dirige a quien gestiona la web donde aparece la historia con mención negativa con las siguientes palabras: “Hola, somos de Reputation Defender, nuestra cliente se llama tal y tal, ¿podrías borrar esa referencia?”. Normalmente, con este método les basta. El fundador de Reputation Defender sostiene que el mercado de la gestión de reputaciones en internet no ha hecho más que empezar y le queda mucho.