La Audiencia de Valencia aprueba la venta de un chip que puede servir para piratear consolas
El 13 de febrero del año pasado, la policía local de Valencia se presentó en el local de Restituto Clemente, una tienda de productos relacionados con las consolas y videojuegos. Se había interpuesto una denuncia por la venta de un chip que permitía utilizar software pirateado. Un perito en representación del Ministerio de Cultura también acudió a la inspección del local. Como consecuencia de aquella visita, se incautaron unas 100 consolas y se abrió una causa penal por piratería. Todo esto fue para Restituto Clemente motivo de una batalla legal contra la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (Adese).
Finalmente, el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Valencia archivó la causa. Les parecía que comercializar chips como Modbo o Matriz-Infinity no era delictivo, ni de ello se derivaba una acción premeditada y comercial de piratería.
Esa primera decisión judicial llegó hace dos meses, sin embargo, Adese y varias compañías recurrieron, hasta que según el abogado de Clemente señaló ayer “se ha puesto fin a un auténtico abuso”.
El auto judicial recoge: “Los chips que se instalan o se pueden instalar en las videoconsolas de autos pueden servir, desde luego, como dispositivo tendente a desprotegerlas para permitir utilizar juegos no originales, pero también para permitir la ejecución de juegos originales de otras zonas y para convertir la consola en un ordenador personal apto para realizar múltiples tareas absolutamente lícitas”.